Llevaban varios días en el frutero unos plátanos a los que nadie les hacia caso, estaban demasiado maduros, parecía que su destino iba a ser el cubo de la basura pero... NO. He aquí una de esas recetas de aprovechamiento que permitió hacer de esos plátanos hiper dulces y blandurrios un rico bizcocho.
INGREDIENTES
- 3 Plátanos muy maduros
- 3 huevos
- 1/2 vaso de aceite de girasol
- 1/2 vaso de leche
- 120 gramos de azúcar moreno
- 200 grs de Harina
- 1 sobre de gasificante ( o en su defecto, levadura)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 2 cucharadas de azúcar blanco + 1 cucharadita de canela
PREPARACIÓN
Precalentar el horno, calor arriba y abajo, a 180º.
Batir los huevos con el azúcar hasta que doblen, más o menos, su volumen. A continuación, añadir el aceite, en forma de hilo, mientras se bate hasta que quede bien integrado. Echar la leche y batir de nuevo. Pelar los plátanos y triturarlos con un tenedor hasta conseguir una especie de papilla. Incorporar esta papilla a la mezcla junto con la cucharadita de esencia de vainilla. Mezclar.
En otro bol ponemos la harina y el sobre de gasificante. Podéis sustituirlo por levadura, yo he puesto gasificante porque lo tenia por casa y me apetecía usarlo, no por ninguna razón especifica. Por último, tamizar los ingredientes secos sobre la masa y mezclar con una espátula.
Engrasar y enharinar un molde, en este caso uno alargado tipo cake, y verter la mezcla en él. Espolvorear por encima un poco de azúcar mezclado con canela.
Hornear a 170º durante unos 40-50 minutos, dependerá del horno, pero como siempre hacer la prueba del palillo para saber si esta hecho. Yo lo tuve 45 minutos y, a pesar de que el palillo apenas salio manchado y pensé que terminaría de hacerse fuera con su propio calor, he de reconocer que el centro me quedo crudo, 5 o 10 minutos más le habrían venido bien. Tomo nota para la próxima vez.
Una vez fuera del horno, dejar entibiar en el molde unos minutos, desmoldar y terminar de enfriar sobre una rejilla.
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