sábado, 19 de enero de 2013

Bizcocho de mango y vainilla

Buscando hacer siempre algún bizcocho con un ingrediente diferente, esta vez le ha tocado el turno a una fruta tropical: el MANGO.

Se trata de una fruta originaria de India, que sigue siendo su principal productor, pero hoy, además de allí, se cultiva en otros países como  Indonesia, México (el principal país exportador del mundo), Sudáfrica, Brasil y  también en España, donde se producen  excelentes  mangos en Canarias y en la llamada Costa Tropical andaluza, a caballo entre Málaga y Granada.

Normalmente es de color verde en un principio, y amarillo o naranja cuando está madura. Su sabor es dulce, aromático y   medianamente ácido cuando no ha madurado completamente. 

Además este bizcocho cuenta con otro ingrediente con  un toque exótico, la vaina de la vainilla. Una especia del continente americano, que los conquistadores españoles descubrieron en las costas de Veracruz, en México, y a la que pusieron ese nombre porque su fruto se parece a la vaina de una pequeña espada.

Las plantas que la producen se llaman Vainillas y son las únicas orquídeas que se cultivan con un fin no ornamental.



INGREDIENTES (Para 2-4 personas)
  • 1 mango
  • 2 huevos tamaño L
  • 100 grs de harina
  • 40 ml. de aceite de girasol
  • 40 ml de leche (mejor si es entera)
  • 1 cucharadita de nata fresca (creme fraiche)*
  • 1 cucharadita de levadura
  • 80 grs de azúcar
  • 1 vaina de vainilla
  • 1 cucharada de azúcar moreno
* Esto si queréis podéis obviarlo, yo tenia un bote en la nevera y para "compensar" que use leche desnatada le puse una cucharadita. Este tipo de nata , la podéis encontrar, por ejemplo, en Mercadona, en la zona donde esta la mantequilla.

PREPARACIÓN

Precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

Preparar el molde. Podéis untarlo con mantequilla o aceite y enharinarlo o, como yo he hecho esta vez, forrarlo completamente con papel de horno (que he "pegue"con mantequilla). Esta vez, dadas las cantidades,  he utilizado un molde pequeño, de unos 16 cm de diámetro.


Batir los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa.


Añadir a esta mezcla el aceite, batir.  A continuación, incorporar la  leche y la nata. Volver a batir, para que quede todo bien integrado.


Mezclar la harina con la levadura y tamizarla sobre la mezcla. Ahora, mejor cambiar la batidora por  una espátula para mezclar los ingredientes. Mezclar lo justo para que la harina y la levadura queden integradas, no demasiado.


Abrir la vaina de la vainilla, haciendo un corte longitudinal con un cuchillo y separando sus bordes para, con la punta del cuchillo, raspar el interior y extraer sus semillas.


Echar estas semillas en la masa y remover. La masa se llenará de minúsculos puntitos negros. 


Lavar y pelar el mango (su piel es dura, yo use un pela patatas). La mitad del mango la cortaremos a rodajas y la otra mitad a trozos. 


Los trozos, rebozados en un poco de harina (para evitar que se vayan al fondo del molde) se echan en la masa, mezclando ligeramente. Finalmente se vierte la masa en el molde que teníamos preparado


Las rodajas, también enharinadas, se colocan encima de la masa (algunas se mantendrán a flote y otras serán engullidas por la masa en la cocción, no os preocupéis). 


Una vez colocadas, se espolvorea sobre ellas una cucharada de azúcar moreno. Meter el bizcocho en el horno. Bajamos la temperatura a 170 º grados y los  cinco primeros minutos mantenemos el calor arriba y abajo, pasado ese tiempo, dejar sólo calor abajo. 


El tiempo de cocción  dependerá del horno (al mio, pobrecito, le costo casi una hora) pero estos son mis consejos:  nunca abráis el horno durante los primeros 20 minutos. A partir de los 30 minutos empezar a vigilar y a los 35- 40 minutos hacer la prueba del pincho (pinchar con un cuchillo o un palo de brocheta en el centro, si sale limpio lo sacáis del horno y si sale manchado hay que dejarlo unos minutos más).

Una vez fuera del horno, dejar templar 5 minutos en el molde, desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.


Yo con la intención de que  que la fruta no  se resecará ( como hice con el hojaldre de manzana) pincelé el bizcocho con un poco de gelatina. Para ello hidratar 2 hojas de gelatina en agua fría 5 minutos, escurrirlas  y calentarlas al microondas unos segundos hasta que queden liquidas. Con ayuda de una brocha pincelar el bizcocho. 

Después me arrepentí porque la gelatina que no tocaba fruta se endureció mucho. Así que si en vuestro bizcocho  la capa de rodajas de mango se mantiene  a flote completamente uséis la gelatina, en caso contrario mejor no.






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